Existen tres tipos diferentes de fibra óptica, y dependiendo de cada tipo reciben un nombre distinto: monomodo, multimodo de índice graduado y de índice escalonado.
La fibra multimodo de índice escalonado es la más sencilla de empalmar y de insertar terminales porque el tamaño de su diámetro es bastante grande en comparación con el resto, además de que se considera relativamente económico frente a los otros tipos de fibra óptica. Por contra, la velocidad es relativamente más lenta y hoy en día no se utiliza apenas en los sistemas más modernos que requieren de mayor agilidad.
La fibra multimodo de índice graduado tiene un núcleo grande en diámetro y permite que los haces de luz viajen rebotando por dentro del cable. Se utiliza en las longitudes de onda de entre 850 y 1300 nanómetros. Estas fibras se fabrican de tal modo que el índice de refracción varía de manera gradual y contribuye a que los haces reboten del mismo modo. Los empalmes son más complicados de realizar porque se tiene que alinear el núcleo con mucha precisión.
Las fibras monomodo son actualmente las más utilizadas para generar ancho de banda a lo largo de grandes distancias, llegando a incrementar las distancias hasta en treinta y cinco veces la que se puede conseguir con las fibras multimodo.